Teatro Echegaray (Málaga)
Presumir un rato de vanidosas
humildades.
Contar historias, ya sean
verdaderas o inventadas.
Disfrutar de esa extraña
soledad y del lujo de los aplausos.
Saber que estás en el mejor
lugar posible.
Retirarte en el momento
justo, antes del próximo ¨bis¨.
Tomar la penúltima copa, la
más sosegada.
Sentir que no hay mejor
oficio que este.
Comenzar la tregua, la que te
llevará a la próxima noche.
Dejarte llevar de nuevo por
el placer de presumir
un rato de vanidosas
humildades.
Estas pequeñas cosas forman parten de nuestra felicidad, nos hacen vibrar y por ellas nos levantamos cada día.- A seguir presumiendo y a seguir dejándose llevar por la melodía... Poder hacer de lo que nos gusta un oficio y disfrutar de reconocimiento y aplausos ; para que más.
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