Foto: Justine B
Esta noche la luna llena se
ha paseado por mi terraza desde que apareció hasta poco antes del
amanecer, cuando Venus asomó brillante por el Este, en una persecución
imposible y eterna.
Mientras que su luz
concreta, redonda y luego difuminada quedaba atrapada por un tiempo sin medida
en el cuerpo de mi guitarra y, como
por arte magia se dividía y multiplicaba a lo largo de todos los trastes
del mástil a modo de espina dorsal luminosa, también se derramaba pero con
desigual fortuna sobre otra tierra, sobre otros asuntos.
Se le calcula una edad
cercana a unos 4.500 millones de años.
La pregunta sería: ¿Cuántos
millones de millones de miradas tendrá guardadas en su cara oculta?
Todas las miradas la
atraviesan y se quedan al otro lado, y puede que sean las miradas de lluvia las
que más le llegan.
En perfecta sincronía con la
madre tierra, siempre muestra la misma cara.
Alguna ¨astucia¨ se traen
estas dos como para que después de tantísimas noches pobladas de un número
incalculable de vidas, sigamos mirando hacia arriba, algunos con la devoción de
la primera vez.
Un magnífico hechizo de
quien ni siquiera tiene luz propia, pero que la utiliza como nadie.
Feliz luna llena a todos.
Escrito el 5 de Agosto de
2012.
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