martes, 14 de abril de 2020

Al filo de la madrugada


Este silencio me suena.
A saber dónde está el refugio del que sale todas las noches y se pasea como dueño y señor de las calles vacías. Es un silencio antiguo, limpio, sosegado y extraño, para esta ciudad.
Por otro lado, pensar que es el miedo quien le facilitó el camino para sus paseos nocturnos, no es anormal, ya tienen los dos un largo historial de acuerdos y desacuerdos; de batallas perdidas, ganadas, y también consensuadas por ambas partes.
Pero puestos a imaginar, no sería descabellado, que este silencio tan sonoro, fuera la punta de lanza de un ajuste de cuentas. Hace mucho tiempo que le venimos apretando las clavijas a esta tierra que tanto nos da; que vamos desmantelando con saña y total falta de escrúpulos, la magnífica arquitectura de la naturaleza, como si no formáramos parte de ella. No sería de extrañar que, con el arma más diminuta, nos desmantelara ella a nosotros: un toque de atención, con la sutileza propia de lo intangible.
Sé que esto no es muy científico , que se aleja de todo conocimiento empírico, pero como forma parte de mi oficio contar historias, esta situación es bastante golosa; de hecho la ciencia ficción se anticipó y de que manera. Ahora lo que ocurre es que nosotros somos los ¨protagonostias¨ de esta película. Nada más y nada menos.
Mientras tanto, y a pesar de los pesares, bienvenido sea el silencio que mece las horas al filo de la madrugada.
Aunque sea un contrasentido, espero que sea un placer con los días contados…afortunadamente.

J. A. Muriel

                                                                                                                                            ...