Teatro Echegaray (Málaga)
       Presumir un rato de vanidosas
humildades.
       Contar historias, ya sean
verdaderas o inventadas.
       Disfrutar de esa extraña
soledad y del lujo de los aplausos.
       Saber que estás en el mejor
lugar posible.
       Retirarte en el momento
justo, antes del próximo ¨bis¨.
       Tomar la penúltima copa, la
más sosegada.
       Sentir que no hay mejor
oficio que este.
       Comenzar la tregua, la que te
llevará a la próxima noche.
       Dejarte llevar de nuevo por
el placer de presumir 
       un rato de vanidosas
humildades.
